SIMBOLOGÍA

La escultura del Tercer Cristo Giustiniani es una representación profunda compuesta por tres elementos principales: el Hombre/Cristo, la Cruz y el Velo. Esta presentación tiene como objetivo adentrarse en el simbolismo de cada componente y explorar su significado en el sincretismo.

El Hombre/

Cristo


En el sincretismo, el Cristo se representa como un hombre que alcanza la iluminación elevando las sustancias de su cuerpo para ungir la glándula pineal. A través de este proceso, evoluciona de ser un individuo común a alguien con una conciencia elevada. Esta conciencia superior le permite comprender la verdadera naturaleza de la realidad y reconocerse como un recipiente de esencia eterna. El Cristo entiende que la energía da forma a la realidad y domina la materia. Como escultura, el Tercer Cristo Porta Cruz, Giustiniani no es simplemente una figura estática, sino que representa a un Hombre/Cristo dinámico que avanza con intención, conocimiento y toma de decisiones. Proyecta sus acciones en el mundo físico sin preocuparse por el peso o las limitaciones.

La Cruz


Contrario a su connotación religiosa tradicional, la cruz en esta escultura se conecta con su arquetipo antiguo original. Simboliza a un hombre que interactúa con el espacio y el tiempo, poseyendo la capacidad de medir puntos cardinales y observar todas las direcciones: arriba, abajo, izquierda y derecha. Esencialmente, la cruz se convierte en una herramienta utilizada para navegar y comprender el mundo natural. Por eso, no se representa como un peso o un estándar, sino que se coloca al lado, simbolizando la proyección del Hombre/Cristo en el mundo.

El

velo


El velo representa la acción y la interacción profunda del Hombre/Cristo con las fuerzas visibles e invisibles que a menudo están ocultas a la percepción ordinaria. Encarna la esencia inmaterial que emana del Hombre/Cristo y que influye en el ámbito etéreo. A través de esta conexión, el Hombre/Cristo moldea y da forma a la materia. En ciertos momentos, los límites entre el Hombre/Cristo, la Cruz y el Velo se difuminan y se fusionan, revelando aspectos tanto materiales como espirituales.

SIMBOLOGÍA

La escultura del Tercer Cristo Giustiniani encapsula un simbolismo rico en sus tres elementos principales: el Hombre/Cristo, la Cruz y el Velo. Juntos, representan el viaje de un individuo que alcanza la iluminación, trascendiendo las limitaciones ordinarias y adquiriendo una comprensión profunda de la realidad. La escultura invita a la contemplación de la interacción entre los reinos físico y espiritual, mostrando el poder transformador de la conciencia y la capacidad de dar forma a la propia existencia.

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